Ahora que el tema del periodismo digital alcanza su rigor más absoluto y está en boca de todos los que, de una manera u otra, se relacionan con esta ciencia informativa, deberíamos parar un momento y pensar en los orígenes de todo esto. Conviene echar la vista atrás, concretamente a 1989 y destacar un nombre: el de Tim Bernes- Lee. Este físico londinense, para despistados, es el creador de lo que se conoce hoy como Internet, y la World Wide Web. Después, entendiendo las posibilidades que ofrecía, entusiastas de todo el planeta se dedicaron a desarrollar la red. Esto iba a cambiar sus vidas. Bernes Lee era también consciente del amplio poder de Internet, pero el lo pensó, dijo, para un beneficio del conjunto de la sociedad. Para romper barreras y extender la información hasta los rincones más remotos. Es por eso que este hombre rechazó numerosas propuestas para ocupar grandes cargos en empresas privadas, eso se salía de sus perspectivas. Para él, una amplia intromisión de las empresas en la red no es sino un grave error. Es un peligro que una pequeña élite intente dominar Internet, controlar la información. Así lo ve él y así es. Pero, ¿qué dice sobre el exceso de descontrol que se está viviendo en los últimos años? ¿Qué decir a los internautas que se preocupan cada vez más por la protección de sus datos en la Web? ¿Es posible que todo esto se nos escape de las manos? Es algo indiscutible que nadie debería censurar y estipular lo que circule en Internet, que ningún gobierno tiene derecho a cortar el grifo de la información y esto nos lleva a sentimientos a veces enfrentados. Es una situación delicada sobre la que no deja de hablarse, puede que, además, en vano.
